Empezamos la semana "fuertecita". Hoy el post me lo ha inspirado Luis Merchán, pero también me siento obligado a dedicárselo a Iván Fernández Amil por motivos obvios, nadie como él para hablar de Galicia. Hoy la única escalera triple helicoidal del mundo que está, ¿donde?... pues eso, en Galicia.
¿Tres escaleras en una… que nunca se cruzan?
Parece un truco de Escher, ¿tengo que explicar quién es Escher?; sin embargo es es pura matemática barroca gallega.
La imagen que ves aquí no es una ilusión óptica ni un render 3D. Es la única escalera triple helicoidal del mundo, y se encuentra en San Domingos de Bonaval, hoy sede del Museo do Pobo Galego, en Santiago de Compostela. Su autor, Domingo de Andrade, fue un genio de la arquitectura del siglo XVII, y esta obra, levantada alrededor de 1685 (telita fina), lo confirma.
La estructura está compuesta por tres rampas helicoidales independientes que giran en espiral alrededor de un único eje hueco central. Cada persona que sube por una de ellas puede llegar al mismo destino sin cruzarse nunca con quien use las otras dos. A nivel estructural y geométrico, esto implica una solución que conjuga precisión matemática, dominio del espacio y un profundo conocimiento del equilibrio de cargas.
Desde el punto de vista arquitectónico, cada hélice actúa como una especie de bóveda de cañón curva, apoyándose sobre los muros interiores y parcialmente entre sí. La curvatura helicoidal es continua, no hay tramos rectos, y la pendiente constante de la rampa está calculada de modo que se mantenga estable y transitable con una elegancia asombrosa. Además, los tramos están encajados en piedra sin el uso de elementos metálicos: todo encaja a la perfección, como un engranaje de piedra viva.
¿Y en cuanto a las matemáticas? Ya, lo siento, "ejke" soy de ciencias, ¡joder!
Estamos ante una joya tridimensional que responde a la lógica de las hélices logarítmicas, una estructura donde la distancia radial se incrementa en proporción constante al ángulo de giro. En términos de geometría diferencial, la curva describe un movimiento de torsión constante sobre el eje vertical, lo que asegura que las tres trayectorias nunca se intercepten. Algo así como si en una misma columna tres ADN’s independientes bailaran una danza perpetua sin rozarse.
Esta maravilla no solo conecta plantas, sino épocas. De Domingo de Andrade a los visitantes que hoy suben por sus rampas con los ojos como platos. Un viaje en espiral, nunca mejor dicho, por la historia, la ciencia y el arte gallego.
Gracias por leerme.
Foto: Vigo en Fotos (web en la instantanea)
Marco.